“ENTRE LABERINTOS Y MINOTAUROS”
(andando y desandando los caminos de nuestra mente/cuerpo)
El sábado 09 de Agosto nos encontramos los tres niveles del Seminario de Formación en Psicodrama para compartir nuestra Jornada de Multiplicación Dramática. Espacio de encuentro, de aprendizaje, de espacialización y multiplicacion de nuestras escenas.
EL TRABAJO
LAS ESCENAS
1º escena: CERO (propuesta por Federico 2º)
Un objeto extraño, un grupo de gente... "¿Y ahora? ¿Qué hacemos con esto?" Larga olor, se mueve.... "¿Y si hay vida adentro?"... Yo quiero saber que es?.... Decidamos qué hacer... ¿Quién se hace cargo?... El contenido cae al exterior, se desordena en la sala....
2º escena: IMPOTENCIA (propuesta por Vero)
Una casa desordenada, los niños juegan, gritan, se pegan entre sí.... la madre quiere poner orden pero no la escuchan... convoca a su marido que mira hacia otro lado... gritos por doquier... "Ustedes van a ser educados como yo... que me cagaron a pedos" amenaza la madre... "Mamá está perdiendo el control" señala el padre en una alianza con sus hijos...
3º escena: CANIBALES (propuesta por Cristian)
Cuerpos tirados.... famélicos, se miran con recelo... empiezan a comerse entre si... gemidos... sonidos guturales... hasta que alguien pone el límite... "No te conviene comerme a mi... yo sé cuál es la salida"..... buscan aliados... pero ella amenaza nuevamente "Yo los traje aqui.... por lo que me hicieron cuando era chica..." el secreto recorre sus miradas hambrientas...
4º escena: LA COIMA (propuesta por Cristina)
Su hija está enferma... internada en un hospital... necesitan operarla y no hay dinero... la madre induce a su esposo a trasgredir.... a que acepte la coima.. total nadie se va a enterar... el marido se resiste.... su mujer insiste "Qué importa que te enseñaron tus viejos... que vas a hacer... ¿trabajar?.... Con el trabajo no se hace nada?... Aparece una mujer misteriosa... ofrece dinero por unos secretos del banco donde trabaja el marido... "total, nadie se va a enterar..."
5º escena: MULA (propuesta por Mauricio)
Una chica presenta a otra a su nuevo trabajo... "esto es facil.... es como una uva... te lo metes en la boca y dejas que baje..." Del otro lado de la frontera la esperan... los que reciben la mercancia y el dinero por transportar en su cuerpo. Intenta tragar uno... no puede.. se atraganta... quiere desistir.... ya es tarde... hay muchos involucrados.... "además vos estás desesperada, el dinero lo necesitas..."
6º escena: JUGANDO (propuesta por Mónica)
Varios chicos.... intentan juegos... al distraído, a pasarse la pelota, la mancha, la escondida... se aburren.... cada juego lleva en si el aburrimiento... proponen la trasgresión.... disfrazar al varón como una nena... jugar al doctor.... alguién se ofrece a ser revisada... nadie se hace cargo...
7º escena: REUNION DE AMIGOS (propuesta por Fede 1º)
Tres parejas, una de lesbianas, otra gay y un hombre y una mujer... buscan divertirse, fuman porrito.... alguién se opone... "¿para que nos invitaron?... unas pastillas en el trago de la cuestionadora quiere poner fin al episodio... se rebelan.... alguien propone aflojarse, estar todos con todos.... "Ustedes nos invitaron para que traigamos forros (en lugar de porros)"... la fiesta no aparece...
8º escena: LA TRAICION (propuesta por Martha)
Dos amigas... trasnochadas... por las calles de alguna ciudad de Europa... encuentran a un joven tirado... intentan utilizarlo para su placer... la otra amiga se opone, el joven tiene casi la edad de su hijo... y aparece la confesión... "¿Y quién te crees que hizo debutar a tu hijo...?"... su amiga se indiga... pero la otra arremete... "¿pensaste que no me iba a cobrar lo que hacías con mi marido?..."
9º escena: RETORNO (propuesta por Juan Carlos)
Volver al origen, a la escena cero... encontrarse nuevamente con ese objeto extraño, que causa intriga y miedo a la vez... observarlo... ¿qué habrá allí?... Se convoca al grupo a sus comentarios: "algo que no se sabe".... "sé que tiene toda nuestra atención".... "es algo naciendo"..."algo que tiene vida y atrae".... "miedos de uno mismo"... "mi mente"..."algo que siente miedo por estar todos pendiente"... "hay vida"..."un extraterrestre"..."nidos de pajarito".... "elementos que unen para siempre"... "es un nido, huevos que están por abrir, la génesis"... "huevitos de extraterrestres".... "algo que existe mas allá de nuestro conocimiento"... "un ser especial que nos viene a decir cosas".... "un juguete exótico"... "diferentes huevos para que cada uno los abra en lo profundo de su ser"..."algo que no tiene nombre, forma o color, pero es invalorable"...
RESONANCIAS
“Multiplicación dramática. Multiplicación del cuerpo”
por Mauricio (3º nivel)
Pienso en las escenas multiplicadas. Pienso en esos cuerpos en movimiento, danzando los diferentes ritmos y buscando seguir el compás: desde la armonía en algunos, desde el descontrol en otros. Y cuando el baile se termina, a través del sonido no menos musical del chin, esos cuerpos vuelven a sus ritmos habituales. De todos los días.
Pero más allá del ritmo que esos personajes encontraron sin buscar, pautado en pocos minutos y con más improvisación que técnica, son los cuerpos los que se ponen en movimiento. Los que se acercan y se alejan, los que seducen y los que se violan, los que se festejan y los que se castigan. Son sólo cuerpos.
Es desde este lugar en donde se me ocurre pensar la multiplicación dramática. Alejándome de las líneas y los rizomas. De los agenciamientos y los devenires; pero no con el fin de pensar que el cuerpo no se puede incluir o que desde el cuerpo es imposible seguir pensando en los conceptos nombrados. Sólo me alejo. Lo suficiente como para no nombrarlos. Pero no tanto como para no tenerlos presentes y seguir pensando.
Debo aclarar de antemano, y pidiendo perdón de la misma manera por la estrechez de mi pensamiento, que no hablaré de la multiplicación dramática en general, sino desde lo que el grupo vivencio con el tema “Los Laberintos”. Y creo tener dos razones más que válidas para no hacerlo: por un lado, mi inexperiencia teórica para abordar el tema; y por el otro, el mismo tipo de experiencia práctica para realizarlo. Pero más allá de estas dos razones, deseo desde lo más profundo de mí poder inaugurar desde estas líneas otra visión del tema. Una visión propia, pero aún así, una visión para compartir.
Es un cuerpo extraño, del cual no se tiene conocimiento alguno. Puede ser algo extraterrestre, algo que invento el gobierno o un cuerpo viviente. Ese cuerpo no habla pero desde algún lugar clama por su atención. Este cuerpo moviliza la fascinación, el miedo y el rechazo. Pero es imposible serle indiferente. Es un cuerpo que puede hacer daño o al que se puede dañar. Es un cuerpo mal oliente pero no tanto si se lo investiga desde todos sus otros sus vértices. Es un cuerpo o varios cuerpos que se desparraman por el suelo, ahora multiplicándose. Todos son distintos, pero por alguna razón, y de la cual no se sabe nada, forman parte de un mismo cuerpo. Se lo quiere dejar abandonado. Se lo quiere vender. Se lo quiere destruir. Se lo quiere conservar. Sin embargo, no me resulta insólito que ese cuerpo, ese sólo cuerpo, dispare tantas formas distintas, y por momentos antagónicas, de decisión sobre qué hacer con él. El cuerpo esta ahí, y su sola presencia es motivo suficiente como para llamar la atención...
Y cómo no llamar la atención con esos gritos, con esas peleas y con esos juegos infantiles. El cuerpo de los niños que descontrolados se apoderan del lugar y no dejan espacio para que esos cuerpos adultos puedan poner límites. Esos cuerpos que juegan y que son castigados por jugar. El cuerpo adulto de un padre estúpido que deambula como fantasma y el de una madre que reparte porrazos a todos los presentes. A veces sus cuerpos infantiles son golpeados con aplicación, o son acariciados con ternura o son retados por su desobediencia. El cuerpo de una madre que grita y el de un padre que pide por paciencia y comprensión. Y en el medio de estas dos posturas, cuerpos que se divierten y lloran con la misma intensidad. Cuerpos que se despliegan entre juguetes o que se encierran en el rincón para pensar. El cuerpo infantil que ríe y que llora, esto último con más actuación que drama. En definitiva, son dos cuerpos: el de la creación y el juego, y el de la repetición de la queja, que por no jugar se enferma...
Y cómo jugar cuando hay hambre y lo único que se puede comer es el cuerpo del otro. Ahora el cuerpo del otro es el cuerpo que puede saciar el apetito. Apetito que es voraz y no mide límites. Se abalanzan unos contra otros, mordiéndose. Algunos, no con menos hambre por cierto, intentan poner algo de cordura en ese grupo. Pero es imposible. Todos se miden como potenciales alimentos y cada parte del cuerpo es vista como un manjar: una cola o un muslo que podría alimentar al grupo una semana entera y que se miran ya no como partes que podrían satisfacer las necesidades sexuales y eróticas. Acá el cuerpo satisface la supervivencia. Y justamente por ello hay un cuerpo que no se toca. El cuerpo que conoce la salida, que posee en secreto otro modo de supervivencia. Ese cuerpo que representa la posibilidad de vivir, un cuerpo de vida...
Un cuerpo cuya vida se acaba. Un cuerpo enfermo que necesita de una operación para salvarlo. La amargura y el miedo ante la muerte se enfrentan a una posibilidad de salvación que se hace negar porque ello conlleva a la traición de los ideales y valores. Y mientras se discute el cuerpo enfermo sufre y se apaga lentamente. En ese momento se hace presente otro cuerpo que desde la persuasión y con tono amable hace ver a la traición como menos burocrática. A su vez, este cuerpo añade la recompensa por dicha traición: la suma de dinero necesaria para aliviar a ese cuerpo que sufre. La salvación esta a una traición de ideales de distancia...
La salvación es el cuerpo. Es el cuerpo que se utiliza como envase para transportar “el producto” que se va a cambiar por una suma considerable de dinero. El producto se lleva en el cuerpo: un cuerpo que se necesita vivo para transportar dentro de sí la amenaza de muerte. El cuerpo se utiliza como un elemento de intercambio comercial. Un cuerpo que traga para luego expulsar. Un cuerpo que con miedo cuestiona el proceso, con el fin de conocer los pro y los contra del ser “la mula”. Otro cuerpo que con la frialdad de un científico explica el proceso paso a paso y otro cuerpo que tranquiliza desde la experiencia. Ante esto, el cuerpo “mula” sucumbe y acepta el trato. Traga y vomita, pero es cuestión de tiempo: el trato ya está arreglado y el cuerpo va a transportar la mercancía prohibida. La mercancía de la transgresión...
Y si de transgresión hablamos, hablemos de niños y sus juegos. Pero no los juegos de la mancha y la escondida. Los otros juegos. Los juegos del doctor. Se ve a la niña prestar su cuerpo para todo tipo de exploraciones grupales. El cuerpo está ahí para ser minuciosamente investigado por los compañeritos mientras los padres, ajenos al juego, miran hacia otro lado. El cuerpo se presta desde la inocencia pero nadie se anima a ser doctor. Entonces se busca transgredir desde otro lado: se intenta vestir al varoncito de nena. Se lo quiere trasvestir. Se quiere transgredir su biología corporal para acceder a él desde otro lado. Son todas nenas y él debe ser una más. Entonces él se afirma desde su testosterona infantil y quiere jugar a la pelota. Parece que al final la transgresión no se logra, no se concreta nada. Todos los roles están fijados...
Todos los roles están jugando. Parece que hay gays, lesbianas y heterosexuales, todos con sus respectivas parejas. La juventud fluye en sus venas y se busca llegar al extremo. Uno alienta a que se prenda un porro. Hay opiniones a favor y en contra, y como ninguna postura parecía tener un fundamento lo suficientemente válido tanto para hacerlo como para no hacerlo, se decide prenderlo y compartirlo. No contentos con eso, no sólo se busca compartir el porro sino además los cuerpos. Se busca la “fiesta” con el cuerpo del otro, más allá de cuál sea la elección de cada uno. No importa. Las diferencias del cuerpo del otro se borran y se quiere acceder a él. Más allá de las parejas, parece no haber compromiso entre esos cuerpos. Se lo debe convencer. Y si no se puede con el porro y tampoco con la palabra, se intenta desde la “pastillita”. Los cuerpos drogados parecen más proclives a la fiesta, lástima que se tenga que llegar tan lejos para lograr algo de diversión...
Nadie va tan lejos para ver sólo construcciones viejas, y menos si el viaje es con una amiga. Se recorre la noche y se encuentran con un cuerpo “borracho”. Ellas pasean con sus cuerpos experimentados, cuerpos de la noche sin compromisos. Se busca usar el cuerpo débil para divertirse, y ahogar la soledad nocturna. De golpe el secreto develado. Se rompe la amistad cuando se falta al código. El cuerpo como cuerpo para ser utilizado para divertirse puede llegar muy lejos: el cuerpo no respeta los lazos de sangre ni los compromisos matrimoniales y ese cuerpo se corrompe y corrompe. Ya no hay límites. Es el cuerpo del engaño y el enojo, del secreto y la falta de códigos. Es el cuerpo del vale todo...
Y se vuelve a la primer escena. A ese cuerpo extraño que se desea descubrir y del cual no se tiene conocimiento alguno. No se sabe qué hacer con ese cuerpo. Vale todo: explorarlo, venderlo, abandonarlo. Ese es un cuerpo extraño, igual a ese otro cuerpo que se oculta en medio del laberinto y al cual se puede llegar desde miles de caminos diferentes. Algunos caminos conducen a callejones sin salida y otros hacen que nos acerquemos más y más a él. Sin embargo, es un cuerpo extraño, un cuerpo desconocido. Es el cuerpo del Minotauro: mitad hombre, mitad animal. Mitad deseo, mitad instinto...
Y a raíz de todo esto pienso, me multiplico y pregunto: ¿y no son acaso esas dos mitades los caminos que recorrieron nuestros cuerpos en las escenas de la multiplicación dramática?